sábado, 23 de agosto de 2014

¿Buena madre, madre cataplasma, mala madre?


 Anoche, antes de intentar quedarme dormida, leí este artículo, que está creando arduas polémicas en varios grupos sobre pediatría y lactancia.
Muchas son las reflexiones que me produjo:

1) ¿Por qué esa manía de clasificar a las madres? Me pongo a darle vueltas a la cabeza y creo que no entro en ninguno de los dos grupos que se distinguen en este artículo. A ver, doy al pecho, a demanda, el primer año y quiero seguir haciéndolo cuando la enana cumpla un año, porque sé que cuando enferme en la guarde y no tenga ganas de comer nada, sí va a querer la teta. Me quedo más tranquila, y punto. Pero...Cuando haga eso, seguir dando la teta, estaré incorporada ya a mi trabajo, que me apasiona sobremanera, dando clases de lengua y literatura y mil cosas más que hago. Y leo desde el minuto cero del nacimiento de mi hija: libros de mamás y un montón de literatura de ficción; el último libro, El siglo de las luces de Alejo Carpentier. Como este libro me ha hecho pensar, igual que la realidad de cada día: noticias, artículos, blogs, no sé si encajo en el perfil de "buena madre". Porque además yo no lavo pañales a mano (lo que me faltaba), ni he porteado de continuo, y compré una vez a Lucía unos cereales totalmente ecológicos y sabían a rayos, tanto que nadie en la casa se los comió. Y, además, soy un tollo: ni costura, ni pasteles, ni tartas...¿Soy de las malas madres? Tampoco, porque llevé a mi primera niña a la guarde con siete meses para incorporarme a trabajar, pero ninguna de mis niñas ha usado ni chupete ni biberón y lo de la teta, claro... Igual me acerco más a la madre cataplasma. 

2) ¿Por qué no respetar las distintas formas de crianza que existen? Respeto ante todo. No meterse en lo que deciden las demás, mientras no perjudique al bebé, se entiende. Me resulta el artículo un tanto irrespetuoso con las mamás que eligen una forma de crianza más natural. Igual que he visto mamás irrespetuosas con mujeres que han optado por dar el biberón. Mi opción a mí, mamá piofaurio, me parece la mejor, porque es la mía. Pero mejor para mí, igual para la vecina no, porque es otra persona, otra mamá.

3) (Opinión personalísima) Dar el pecho, poder dedicar a tu niña el tiempo que yo le he podido dedicar ha sido y está siendo un disfrute. Que si salgo un día con mis amigas a la feria y descanso de bebé estoy como loca. Que, ya lo he dicho, mi trabajo es una parte importantísima y feliz de mi vida. Sí. Pero disfrutar de tus hijos, hijas, cuando son bebés, también es una opción lícita y plena para una mujer, que no os convenzan de lo contrario. Para mí ha sido un privilegio.

4) ¿Es una opción más machista que la otra? Lo siento, tampoco  me convence. Supongo que habrá mamás que den el biberón, etc, y tengan a su lado un cabestro, o sean ellas mismas unas machistas. Y puede que al lado de estas madres naturales, haya hombres que no pueden amamantar, pero sí participar del cuidado del hijo y de la casa activamente y que haya decidido junto a su pareja esa opción. O puede que sea al revés. Pero no generalicemos. La cultura del biberón, que priva a la mujer de lo que yo ya os digo que para mí es todo un privilegio, también se les antoja misógina a algunos.

No etiquetemos a las mamás, no nos señalemos con el dedo entre nosotras, ni nos riamos de nuestras opciones, que nos convertimos en las más enemigas de la mujer, pretendiendo ser lo contrario.

viernes, 22 de agosto de 2014

Yo te cuido

Vendrán tiempos en los que se tiren los juguetes a la cabeza. Por ahora, mis niñas se adoran y Lucía ejerce a la perfección de hermana mayor. Hace una semana, cenamos en La casa de la encina, que es una de nuestras segundas casas, la de la tita Esther. Cuando ya recogíamos para volvernos a casa, y también durante el trayecto en coche, Lucía cantaba una nana inventada por ella a una Vistoria que se caía de sueño. La letra decía algo así como: "Yo te cuidooo/ tú has "nacío" de la barriga de mamá...". No rimaba demasiado, pero qué bonita sonaba. Daban ganas de achucharla y también de llorar, porque la entonaba muy bajito y la música era como de balada triste. La gordita se durmió plácidamente, como no. 

Desde que me quedé embarazada por primera vez, me imaginaba cantándole nanas a mi hija, y así ha sido. Yo siempre he pensado que cantaba más o menos bien, hasta que me escuché berreando en una fiesta de fin de curso con mis compañeros en la que nos pusimos a cantar en karaoke; descubrí que de cantar bien nada. Pero me encanta. A la peque le suelo cantar siempre en primer lugar un villancico que escuchaba de pequeña en una cinta de casete que teníamos en casa de un coro de niños muy cursis, formales y repelentes (o así me los he imaginado siempre). Es el de " Ro, mi niño ro, cierra los ojitos, que te velo yoooo / Duerme, rosa y capuuulloo, duerme mientras te arruuloo, no vayas a llorar", etc. Es un villancico- nana, como se puede observar. Hay unos cuantos así, que sería el niño Jesús, pero se ve que a veces le costaba como a todos conciliar el sueño. 
  Tanto para la pequeña, como para Lucía, tengo dos nanas predilectas (que no son nanas, en realidad). Una es la canción de Pocahontas, Colores en el viento.



 Si no recuerdo mal, vi esta peli en el antiguo Cine Regio de mi ciudad, con mis amigas. Desde el primer momento me quedé prendada de la canción y en algún momento, me la aprendí. A Lucía le ponía también el vídeo en el ordenador para hipnotizarla y poder así cortarle las uñas, durante un periodo difícil de su vida (los terribles dos años que comenzaron al año y medio). 




Mi segunda "nana-no nana" preferida es Chove en Santiago, de Luar na Lubre. Confieso que entera entera no me la aprendido, pero me parece tan hermosa... La letra es de Lorca ,de su Madrigal a cibdad de Santiago. He estado en Santiago varias veces; la primera vez, una mujer nos consoló, desesperados por tanta lluvia como estábamos, diciéndonos que Santiago se ve realmente bella así, bajo la lluvia. 


lunes, 4 de agosto de 2014

Chicas listas

No sé por qué la gente te suele aconsejar, en tono amenazante, que no cedas ante los lloros o súplicas de tu bebé con un: "cuidado, que es muy listo o muy lista". Pues genial si es listo o lista, ¿no? ¿Que mejor que saber que las personitas que más quieres en el mundo te han salido inteligentes? Si la amenaza es por la posibilidad de que ganen la batalla entre padres-hijas, pues tendremos que ponernos las pilas. Pero que sean chicas inteligentes, me parece estupendo. Me parece estupendo incluso que sean mil veces más espabiladas que yo, que tampoco es muy difícil, la verdad.

Lucía es una niña muy despierta, muy viva. Os pongo un ejemplo. Ella, en principio, no iba a bailar en la actuación de la fiesta de la guarde, porque no ha asistido durante el mes de julio y no podía ensayar. No obstante, nos pasamos por la fiesta, para que estuviera un ratito con sus compañeros. Y al final las seños decidieron que sí bailaría. En el último momento, sin el vestuario ni el atrezo, pero que bailaría. Supongo que ensayaron mientras actuaban los grupitos de los niños y niñas más pequeños. Únicamente ese ensayo le sirvió a Lucía para hacerlo estupendamente: el movimiento rumboso, el toque de tambor imaginario y su bailoteo en pareja; le daba unos meneos a su partenaire de miedo. El que no corre vuela: que hay que bailar, pues se baila sin ensayar ni na. Esa es mi niña.

La peque, que encima es "más intelectual que física", palabras de su pediatra, apunta maneras, pero vamos, por todo lo alto. Físicamente también va mejorando ya, que no gatea (bueno, sí, gatea para atrás) pero se desplaza por el suelo a una gran velocidad con el culillo. Como decía, la peque es más lista que el hambre: ya nos llama a todos por nuestro nombre "maamaa", "papaa", "iaaa" o "taaa", muestra su asombro por el mundo que le rodea con un "¡¡ohh!" la mar de expresivo y da besitos, sobre todo a Lucía.  Pero hoy me he quedado muerta, cuando, al mismo tiempo que me tiraba del pelo, decía que no con su cabecita, porque es lo que yo le digo cuando le regaño por sus primeras pequeñas maldades. Y a su hermana le ha hecho igual: le ha tirado del pelo diciendo que no. Es decir, ya ha conocido el valor de un "lo siento", que a veces sirve para poder disculparse después de  hacer pequeñas putadillas. Lo que pasa es que ella te pide perdón simultáneamente a la fechoría. Sí, es un bichillo absoluto. Pero, como posiblemente es el bebé más adorable del mundo, se le perdona. Lo que espero es que no me la amonesten en la guardería.

sábado, 2 de agosto de 2014

Semana mundial de la lactancia materna

La semana pasada pasamos unos días de tranquilidad en el pueblo de papá piofaurio y retomé la lectura del libro de José María Paricio. Continúa pareciéndome un libro genial. En el capítulo sobre la lactancia materna, describe el hecho de amamantar como un arte, un arte (y un instinto, claro) de las mujeres, que se transmite de generación en generación. Durante mucho tiempo, por diversas razones, se impuso la cultura del biberón. Es esencial la labor que comenzaron a realizar grupo de mujeres (apoyadas, claro, por profesionales médicos) para devolver la importancia de ese arte, y, sobre todo, para recordar la manera de hacerlo bien. Aún hay trabajo, porque te siguen comentado "¡¡otra vez!!" si pones a mamar a tu bebé y hace poco que había estado en la teta. O te preguntan que cuándo le toca. No se sabe, cuando quiera. O que si no ha llorado todavía por qué le das otra vez. O en cuanto parece que se queda con hambre quieren que le metas un biberón con leche artificial. O que le des manzanilla. O que te pregunten sorprendidos o sorprendidas si aún mama tan mayor (ocho meses). Supongo que pronto no se harán estas preguntas, porque se verá normal la lactancia a demanda, exclusiva y prolongada si se desea.

Personalmente, me encuentro en un momento difícil de la lactancia. Porque la peque prefiere estar enganchada a la teta toda la noche y durante el día lo está menos; creo que por el calor, es muy sudorosa y las dos nos ponemos a sudar como pollos. Hoy justo leía una pregunta de otra mamá en un grupo de apoyo por Facebook, que consultaba por esto mismo (más o menos, lo suyo era peor, pobrecilla). Las otras mamás le respondían que el destete nocturno no era la solución, aunque podía probar, que a esta edad la fase del sueño se vuelve a veces más irregular (la verdad es que Lucía también empezó a dormir mal con ocho, nueve meses en adelante) ni tampoco darle un biberón, algunas lo habían probado y no se había solucionado. A pesar de que voy a acabar con mi espalda fatal, darle de mamar es una forma de que yo pueda seguir durmiendo, pese a las interrupciones. De hecho, a veces es lo que verdaderamente me da sueño. Buscando posibles soluciones para que durmiera bien, la hemos cambiado de cuarto, a su cama, por si era que la cuna se le quedaba chica, y qué va, sigue igual, la diferencia es que yo acabo dando paseos por la noche o durmiendo con ella en la cama pequeña, usando como almohada un peluche de una jirafa. Unas noches de verano muy intensas. La única que duerme super bien es Lucía, tapada hasta la cabeza y después de haber dado todas las vueltas posibles para caer rendida. 

Feliz semana de la lactancia materna para mí y para todas. Que nos hagan cada vez menos preguntas incómodas, jeje, a las que muchas veces yo me quedo sin responder por mi timidez. Y que nos den ánimos, cariño y tranquilidad, en vez de alternativas.