miércoles, 15 de enero de 2014

El matrón de Anatomía de Grey

Ayer la pequeña apenas me dio tregua, fue más que nunca la niña a la teta pegada, y además con gases, por lo que por la noche ya no podía más y deseaba más que nunca el momento relax de la noche, que a veces es más corto, otras un poquito más largo. Era martes así que me puse a ver Anatomía de Grey en Divinity. Sí, lo siento, sé que hay miles de series mejores, pero los líos amorosos de los médicos relajan y entretienen un montón. Viendo estaba la susodicha serie, cuando me acordé del día de mi parto. Y no es que ninguna de las protagonistas hubiese roto aguas, sino que me acordé del matrón que me atendió al llegar al hospital cuando iba a venir al mundo la peque. Era un muchacho muy atractivo, serio pero dulce (me decía "cariño" "chiqui", cosas así, pero sin perder la seriedad y la formalidad). A mí me recordó al pelirrojo de Anatomía de Grey,  sí, de verdad. Igual no se parecía ni un pimiento, pero se daba un aire y mi imaginación estaba desbordada. Mi imaginación, mis hormonas y mis nervios, acababa de romper aguas y mi segundo parto era inminente. Sentada con los monitores puestos, me lo imaginé en Irak, salvando vidas, amputando miembros heridos, sudoroso, lleno de sangre, todo un héroe, vamos.  Y es que el doctor Owen  se incorpora a la plantilla del Seattle Grace tras haber estado sirviendo a su patria en Irak; y pocos traumas que traía, el pobre. Por eso, me dio cosa pedirle agua de una botella que tenía junto al ordenador, vi una tontería molestarle con eso a él que había vivido duras historias en el campo de batalla. Se lo conté a mi madre que me dijo que vaya imaginación tenía, pero que estaba conmigo en que era un buen mozo, que más de una pediría que la explorara aunque no estuviera embarazada siquiera.


Queda un poco mal que la primera imagen que suba a este blog de mamá sea esta, pero hay que tener  en cuenta que el doctor Owen siempre ha querido ser padre, incluso rompió su relación con Cristina Yan (no sé si se escribe así el apellido) porque esta se negaba a ser madre y únicamente estaba interesada por su carrera como cirujana.
Entretiene un montón, lo dicho.




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